lunes, 17 de septiembre de 2007
blur(parte 2)
En esta época, Blur no es más que una panda de borrachos que pasa olímpicamente de lo que es la música. La mejor prueba de esto es su primer disco, 'Leisure' (1991); aparte de los tres singles se ve que Blur poco más podían aportar, porque casi todas las demás canciones del disco las compusieron en el estudio justo antes de grabarlas. Pero, por estar en el carro de la movida, el disco se vendió bastante bien.De todas maneras las modas no duran eternamente y el grunge acababa de irrumpir en el Reino Unido, amenazando la existencia del pop blandorro y los grupos de fans. Blur intentaron pulir su imagen publicando el single 'Popscene' (1992), una canción buenísima desconectada del sonido Manchester que alcanzó cierto reconocimiento, pero en general al público le daba la impresión de que Blur ya había llegado a donde iba. El grupo se fue de gira mundial para aclararse las ideas, haciendo una escala agotadora en Estados Unidos (44 conciertos en dos meses) que les hizo tomar odio a todo lo que oliera a yanki, sobre todo por el trato que recibieron allí: conciertos medio vacíos, dejadez de los responsables y algún director de discográfica que les recomendó que se pasaran al sonido disco.
Al volver a casa Blur estaban dispuestos para encabezar una especie de cruzada contra la música estadounidense (particularmente el grunge) y en defensa de los grandes clásicos ingleses (Ray Davies, Madness, The Kinks), y esta era la idea del disco 'Modern life is rubbish' (1993), con el que pretendían un cambio de imagen radical y recuperar algo de la credibilidad perdida. Pero algunos periodistas aprovecharon también el resurgir de Blur para emprender su guerra particular contra los grupos estadounidenses que habían invadido las listas británicas, llegándose a crear un clima de patrioterismo estúpido (que impregnaría gran parte de la música en Inglaterra durante los años siguientes) del que el grupo tuvo que salir al paso para evitar malentendidos.Con este caldo de cultivo todo estaba listo para el lanzamiento de un disco de sonido más británico que el té de las cinco: 'Parklife' (1994). Blur empezó por entonces a pasear una imagen deportiva y sesentera (el mejor ejemplo de eso es el videoclip de "Parklife") que se convirtió durante algún tiempo en el distintivo de lo que se llamó britpop, un movimiento fabricado por la prensa británica a partir de dos o tres grupos buenos y setecientos imitadorcillos (como 'Menswear', por poner sólo un ejemplo). Este disco supuso la confirmación de Blur ante el público y la crítica, su primer nº 1 en ventas y una avalancha de premios para alimentar el ego de Damon Albarn... como si el muchacho necesitara sardinas para beber agua. El grupo quiso aprovechar este éxito como impulso para seguir adelante; menos de un año después, ya tenían lista una maqueta de su siguiente disco. Pero al presidente de Food Records se le ocurrían también "grandes" ideas, por ejemplo ponerse de acuerdo con el presidente de la discográfica de Oasis para hacer coincidir la publicación de 'Country House', primer single de 'The great escape' (1995), y la del 'Roll with it' de Oasis con el fin de crear una guerra de ventas, aunque pronto derivó en una guerra general por las rivalidades personales entre los dos grupos.
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